Acidez de estómago o intolerancias: problemas habituales hoy en día en España

Todo lo que invirtamos en salud, bien invertido está, ya sea tiempo o dinero. Cuidar de nuestro cuerpo es necesario, nadie lo va a hacer mejor que nosotros y nosotras mismas. Por tanto, debemos tener muy presente que es necesario que le dediquemos toda la atención posible y que estemos atentos a la posible aparición de problemas que nos puedan afectar a lo largo del día a día. Ni que decir tiene que eso puede constituir la diferencia entre la prevención de un problema y la aparición (y consecuente daño) del mismo. Dejar de lado nuestra salud en cualquiera de sus sentidos no es la mejor opción que podemos asumir para vivir mucho y bien, está claro.

Los problemas de estómago o intestinales se han convertido en varios de los más habituales en una población como la española. Estamos convencidos de que alguna de las personas que os rodean lo ha sufrido, si es que no sois vosotros o vosotras mismas los que habéis pasado o estáis pasando por ello. No cabe la menor duda de que eso genera una molestia muy grande y que puede venir derivada, por ejemplo, de la intolerancia a un determinado tipo de alimentos. Está claro que esa es una situación complicada y que requiere de un cuidado todavía más grande que el que ya de por sí tenemos que dedicarnos a nosotros y nosotras mismas cuando estamos relativamente bien.

Según una noticia publicada en la página web del diario As en octubre de 2018, en concreto en su sección Deporte y Vida, el 25% de la población española sufre algún tipo de intolerancia alimentaria. Este es un porcentaje bastante grande porque nos viene a decir que es una de cada cuatro personas las que se encuentra en una situación como de la que estamos hablando. Alimentos como la fructosa, la lactosa o el gluten son los que más problemas ofrecen en este sentido y con los que se debe tener más cuidado si somos una persona propensa a sufrir intolerancias. Además, y por desgracia, es gente de todas las edades la que puede verse afectada por situaciones como de las que estamos hablando.

También existe otro problema que tiene que ver con la acidez de estómago. Según una noticia que vio la luz en la página web del diario Heraldo, este problema afecta al 30% de los españoles al menos una vez a la semana. Y ya sabemos lo mal que se suele pasar cuando nos enfrentamos a una situación como esta, lo incómodo que resulta y lo que nos impide desarrollar nuestra vida con total normalidad. Por ende, cuando solemos tener este tipo de problema, lo mejor que podemos hacer es recurrir al especialista porque es lo que más nos puede ayudar a la hora de solucionarlo.

La acidez del estómago o los problemas de intolerancias se encuentran a la orden del día y se ha multiplicado el número de pruebas e intervenciones que se han realizado en España para tratar de solventarlas. Así nos lo han contado desde Alyan Salud, una entidad especializada en patologías digestivas y cuya plantilla ha notado ese repunte de casos como los que estamos hablando, así como el trabajo que les ocasiona. España es uno de los países de Europa que más en serio se está tomando este asunto y uno de los que más patologías consigue controlar y resolver.

Está claro que lo que hemos venido indicando en el párrafo anterior debe ser un orgullo, pero eso no nos debe despistar del objetivo, que ha de ser prevenir todo lo que tenga que ver con la aparición de este tipo de problemas e intolerancias en los seres humanos. A veces, eso es imposible, está claro, pero la detección del problema es un arma que nos debe servir para conseguir evitar que la gente lo pase realmente mal en este sentido. Mantenerse vigilante en todo momento ante aquellos alimentos que creamos que no nos sientan todo lo bien que deberían y hacernos las pruebas necesarias para detectar alguna anomalía deben ser algunas de nuestras obligaciones.

Los niños cada vez padecen en mayor medida este problema

Se suele pensar que los problemas relacionados con intolerancias suelen venir con el tiempo, que cuando somos pequeños o pequeñas este tipo de incidencias no va con nuestros hijos e hijas, pero lo cierto es que ese pensamiento está alejado de toda realidad. Los y las menores también pueden sufrir intolerancias de cualquier tipo y, por tanto, los padres y madres tenemos que estar pendientes de las señales que así nos lo indiquen. Si ya es complicado enfrentarse a un asunto como del que estamos hablando cuando somos adultos, imaginaos en el caso de los más pequeños y pequeñas. Es todavía menos agradable si cabe.

Los especialistas en la salud han alertado en múltiples ocasiones de lo que estábamos comentando en el párrafo anterior. Si hay una persona que sea intolerante a un determinado tipo de alimento y cada vez que lo consume lo pasa mal, pero no se realiza ningún tipo de prueba al respecto para tratar de corregir el problema, existe un riesgo de una magnitud considerable. El organismo de dicha persona puede sufrir daños bastante importantes y es mejor no jugársela en este sentido. En España, eso lo tenemos bien asumido y buena prueba de ello es el aumento en el número de pruebas para detectar intolerancias que se vienen realizando en el interior de nuestras fronteras.

Los bares y restaurantes se van adaptando a estas intolerancias 

Uno de los grandes problemas de las personas que sufren algún tipo de intolerancia era hasta hace bien poco la dificultad que les entrañaba encontrar un sitio en el que pudieran cenar o comer sin problemas. Por regla general, a lo largo de la Historia la hostelería no se ha ocupado de proporcionar menús o productos a las personas que pudieran sufrir algún tipo de intolerancia, pero las cosas están empezando a cambiar y lo están haciendo a una velocidad mucho más grande de la que nos hubiéramos imaginado hasta hace bien poco.

Y es que, a día de hoy, la inmensa mayoría de bares y restaurantes tienen en consideración los problemas que arrastran las personas que sufren algún tipo de intolerancia, con independencia del tipo del que esta sea. Es una cuestión que es verdad que tiene mucho que ver con el marketing y la publicidad. Si un establecimiento no proporciona productos que sean aptos para el consumo para este tipo de personas, es bastante probable que sus cuentas en redes sociales y sus reseñas en Google se llenen de comentarios negativos al respecto. Teniendo en cuenta lo fácil que es hoy en día que un comentario se viralice, sale más a cuenta proporcionar alimentos que sí que sean aptos para el consumo de personas intolerantes.

El que acabamos de comentar ha sido uno de los problemas más graves asociados a sufrir algún tipo de intolerancia alimentaria. Sentirse desplazado por el simple hecho de acudir a un lugar a comer o a cenar puede derivar en problemas como la depresión, así que creemos que los negocios de hostelería han hecho muy bien en incorporar opciones para que este tipo de personas pueda comer sin ningún problema. Es algo a lo que tienen derecho y que la sociedad en su conjunto les debe después de tantos años de silencio.

Por cierto, no solo tenemos que dirigir la mirada hacia los negocios de hostelería: también tenemos que hacerlo hacia las propias familias y amigos de personas que sufren problemas como de los que hemos venido hablando. Se debe tener en cuenta, en el caso de los familiares de una persona celíaca o los amigos de la misma, que cuando cocinemos para ella debemos hacerlo siempre de manera independiente al resto para evitar problemas como la contaminación cruzada. Esto va a ser imprescindible para evitar que la persona que sea intolerante se contamine y tenga que experimentar todos los efectos que en su organismo puede provocar un alimento que no pueda consumir. Al igual que en un negocio hostelero, no tener esto en cuenta puede ser objeto de reclamación, en el caso más familiar también debemos tener un cuidado bastante grande con estos temas.

La sociedad española ha hecho bien en poner a la vista de todo el mundo problemas como la intolerancia a los alimentos. Se trata de problemas que van a seguir estando ahí con independencia de cuántos años pasen. Cuando tenemos delante de nosotros casos como estos, lo mejor que podemos hacer es garantizar que todo el mundo sea consciente de su existencia para que se puedan producir experiencias de lo más negativas. Es algo que nunca se nos debe olvidar y que ha de ser propio de los seres humanos. Por tanto, nos compete a todos y todas cuidar de todos estos detalles y no olvidarnos nunca de que, mañana, podemos ser nosotros y nosotras quienes suframos una intolerancia.

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