Es un hecho que disfrazarse es bueno para los niños. Respecto a esto, las fiestas de Carnaval o de Halloween son unas fiestas que los más pequeños suelen disfrutar bastante. Son momentos de gran alegría, de los ideales para romper de alguna forma las normas, por lo que pueden mancharse y ponerse unos disfraces la mar de divertidos. Además de la diversión, los disfraces son ideales para poder aprender y que se desarrollen los más pequeños.