Equípate bien para jugar al fútbol

Al fútbol se juega con los pies. Sí, es uno de esos aforismos tradicionales del deporte rey que, en su sencillez coloquial y en su lógica sencilla y aplastante, revelan una verdad inexpugnable. Siguiendo esta idea, la adecuada equipación para la práctica de fútbol pasa por comprar las botas de fútbol adecuadas (un buen sitio sería Marian’s Sport), tarea que en demasiadas ocasiones se deja al albur de lo puramente estético o en la imitación del modelo vestido por nuestro héroe balompédico de turno. Un error, en definitiva, que puede pagarlo caro nuestra efectividad en el juego y, sobre todo, la salud de nuestro cuerpo.

 

¿Para qué quiero yo unas botas?

Equípate bien para jugar al fútbol

El empleo que se le vaya a dar a las botas supone un factor determinante en su elección. Huelga decir que no se puede adquirir un mismo tipo de botas si el usuario las empleará en los partidos anuales de solteros contra casados que si va a hacer uso de ellas en la liga amateur de los domingos por la mañana o si forma parte de la cantera de un club profesional con aspiraciones de hacer carrera en el fútbol. Cuanto mayor sea la exigencia de uso, más rentabilidad comporta el desembolso económico en unas botas de calidad. Las botas de fútbol baratas son muy útiles, pero dentro de unas circunstancias concretas. Otro recurso interesante es discriminar entre un par de botas de entrenamiento y otro par de botas para los partidos oficiales. Es aconsejable que ambos pertenezcan a la misma casa y el mismo modelo, para evitar alteraciones frecuentes en la adaptación a la horma.

Es conveniente calcular el equilibrio entre el peso y la calidad de los materiales. Por lo general, las botas de fútbol convencionales arrojan en báscula un peso de alrededor de 500 gramos. La ligereza es un alivio a la hora de disputar partidos maratonianos, pero quizás esa misma liviandad proceda del uso de materiales endebles.

El estilo de juego también puede resultar un elemento a tener en cuenta para realizar la transacción. Algunas casas han desarrollado patrones de botas especializados en la potenciación de vertientes particulares de la acción, como la velocidad, el control del balón o la precisión en el pase y el disparo. Aunque quizás, esto ya pertenezca al ámbito de lo subjetivo.

 

Hablemos de tacos

La pisada es un elemento fundamental para el desarrollo de cualquier actividad atlética o deportiva. Tanto más en el fútbol, ya que determinará la capacidad de la carrera del futbolista, la correcta colocación de su cuerpo para afrontar un choque con el rival o golpear con garantías la pelota, conducir el balón de acuerdo a sus intenciones o regatear al contrario manteniendo al mismo tiempo el control de su equilibrio. Por tanto, la elección entre un tipo de tacos u otro puede significar el éxito o el fracaso de una habilidosa incursión por banda.

En primer lugar, hay que dejar claro que la suela ha de estar fabricada en materiales resistentes y que, al mismo tiempo, acaten una flexibilidad suficiente. La rigidez de la suela es fuente de lesiones como tendinitis y sobrecargas. Entre ellos, el poliuretano termoplástico es un compuesto especialmente diseñado para evitar el siempre incómodo roce entre suela y media. El más tradicional caucho, en cambio, destaca por su excepcional agarre a la cancha.

Y es que, en este campo, el terreno de batalla (digo de juego), es el que señala las pautas a seguir. Parejos a las evoluciones tecnológicas implantadas por las marcas fabricantes, existen en el mercado unos tipos específicos de tacos diseñados para adaptarse a la perfección a cada clase de superficie. Lo denominados tacos SG, por ejemplo, están fabricados en aluminio, son recambiables y su zona de actuación son los terrenos blandos, sometidos a una climatología lluviosa o en los que el regado previo al encuentro sea una táctica habitual. Gracias a la profundidad y la firmeza de su clavada, están indicados en exclusiva para campos de césped natural, dado que de lo contrario se castigaría en exceso la planta del pie a causa de los pocos puntos de apoyo que ofrece y de la dureza del mismo.

El taco FG era el más común en las botas de fútbol previas a la aparición del césped artificial. Dentro de esta variedad, se encuentran los elaborados en fibra con forma redonda o bajo el prototipo Traxion, una modalidad exclusiva de la marca Adidas destinada a mejorar el agarre del pie en movimientos de tracción, muy habituales en el desarrollo del juego. La fragilidad de sus componentes le convierte en un taco poco recomendable para terrenos que no sean de césped natural, ya que es fácil de quebrar y se desgasta con rapidez.

En cambio, los HG sí muestran su mejor rendimiento en terrenos duros y hostiles, como campos de tierra o incluso de césped artificial. Dentro de esta categoría aparecen los tacos de goma y los multitacos (también conocidos como MG), botas compuestas por 25 tacos a escala reducida y que, en detrimento de los primeros, han visto incrementada su popularidad a causa de la proliferación de los campos de hierba artificial, si bien posteriormente han ido surgido modelos apropiados para las exigencias abrasivas del terreno de tierra. Permiten una mayor superficie en la pisada, lo que reduce la presión del impacto y el riesgo de lesiones, aunque a costa de un agarre menor.

Producto de las necesidades variables del calzado y de las condiciones del espacio de juego, diversas marcas han fabricado modelos de botas que combinan en su suela tacos de goma y aluminio. De este modo, en caso de terrenos excesivamente regados e inestables, las zapatillas disponen en su suela de algunos enlaces en los que enroscar estos tacos de aluminio recambiables.

Otra modalidad de taco es el llamado AG, una serie de tacos confeccionados en fibra y destinados a su uso en césped artificial. No obstante, son versátiles y se adaptan sin problemas a otros tipos de superficie. Su característica definitoria es la disposición circular de los tacos en las zonas donde el pie sufre una mayor torsión durante el movimiento.

 

La fisiología de la bota

Dentro del resto de componentes de la bota, destaca el tejido exterior, superficie básica para la práctica del fútbol debido a que es la parte destinada a entrar en contacto con el balón. El diseño y el material con el que se encuentra fabricado es un factor crucial en la comodidad, el cuidado de la salud y el rendimiento deportivo del futbolista. Los principales tipos de material son las clásicas pieles de canguro -confortables y precisas-, las conocidas como pieles de flor –pieles dotadas de un baño químico para su protección, flexibles y resistentes- y las pieles sintéticas –excepcionalmente ligeras aunque propensas a la erosión de su dibujo-.

Los cordones tampoco son una cuestión baladí, ya que ejercen presión sobre el pie en el momento del golpeo. Los tradicionales cordones en el centro del empeine han visto de este modo cómo entraban en competición con los nuevos cordones descentrados, que incrementan la superficie de golpeo. En ciertos casos, incluso se encuentran revestidos de una capa de piel.

La lengüeta, componente destinado a acomodar la piel del pie frente a las presiones de los cordones, también goza de dos modelos distintos. El más clásico es en el que la lengüeta se une a la bota mediante una costura: muy cómodo, pero acaso más proclive a desprenderse. En el segundo caso, la lengüeta forma parte misma de la bota. Es una opción que presenta mayor rigidez en la superficie de la zapatilla, pero en contrapartida resultan más resistentes y su superficie más lisa redunda en la precisión del toque del futbolista.

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