Aunque a primera vista pueda parecer escandaloso o imposible, vivir en una residencia cuando alcanzamos cierta edad puede proporcionarnos una estancia grata y una vida cómodo y placentera.
Aunque la asociemos a ancianos enfermos, de los que su familia no puede encargarse, o mayores solos que no tienen más personas con quien estar, la realidad es que en más casos de los pensados, personas con todas sus capacidades activas y una salud formidable decide por sí misma dejar su casa y mudarse a una residencia de ancianos.
Aquí estas personas encontrarán todas las comodidades y las prestaciones de los servicios hosteleros. No habrá que preocuparse más por limpieza, compra, cocina, o tareas del hogar tediosas y agotadoras. Restaurante, servicio de limpieza, instalaciones acomodadas a sus demandas se suman al placer de disponer además de zonas comunes donde conocer gente y disfrutar del ocio.
Cuando nos encontramos bien, en una residencia podemos incluso mejorar nuestra salud y hábitos saludables. Entrar de manera más fácilmente en contacto con personas de nuestra edad, fomentando las relaciones sociales, la interacción con personas ayudándonos a mantenernos activos y vitales. Esto también podrá lograrse a través de actividades como los paseos, el baile, la gimnasia o una simple partida de dominó, cartas o ajedrez. Actitud positiva y actividad que permita a los mayores rejuvenecer y sentirse útiles y capaces, mejorará su autoestima y con ello su salud.
En residencias como Benviure, a escasos minutos de Barcelona, cuentan con las mejores prestaciones y los servicios hosteleros más selectos para hacer de la estancia de nuestros mayores, un retiro donde descansar y vivir cómodamente, incluso mejor que en casa. Más de ocho mil metros cuadrados con las más modernas instalaciones y amplios espacios exteriores, completamente adaptados, puestos al servicio del bienestar de nuestros ancianos.
Además la residencia pone a disposición de sus clientes un selecto equipo de profesionales de la medicina especializados en tratar los males que más achacan en estas edades, como el Parkinson o el Alzheimer con más de diez años de experiencia en el trato y cuidado de pacientes y residentes.
Por ello, desde la residencia de ancianos Benviure están especializados en el trabajo proactivo del desarrollo cognitivo y del mantenimiento de las capacidades del aparato locomotor. Tres neuropsicólogas, tres médicos, cinco geriatras y nuestro equipo de trabajo social controlan diariamente que nuestros ancianos tengan el máximo nivel de confort con la posibilidad de programar de manera personalizada los servicios y atenciones deseados en relación a los seguimientos que quieren recibir.
Además para favorecer las visitas de los familiares y amigos a los residentes, la residencia pone a su disposición aparcamiento gratuito en un enclave situado a tan solo 10 minutos de la ciudad condal.
En condiciones así, con atenciones médicas, y prestaciones liberadoras de las labores del hogar, no es de extrañar que consideremos la vida en una residencia geriátrica una buena alternativa a la soledad, la dejadez y el trabajo arduo que vivir en una propiedad a ciertas edades avanzadas puede acarrear, conllevando un mayor desgaste y una ganas menores por hacer y conocer, en una edad perfecta para el retiro y el disfrute.