Vivir en el campo o un poco lejos al menos de las grandes ciudades cuenta con montones de beneficios para la salud, así como alguna desventaja también. Pero lo cierto es que los primeros superan con creces a estos últimos, y de esos vamos a hablar hoy, de cómo podemos tener una mejor calidad yéndonos a otras poblaciones a vivir como Cobeña o Daganzo, si estamos en Madrid, para las que es fácil encontrar una vivienda gracias a Fresno Inmobiliaria.
Y es que basta con ver las noticias para alertarnos de los peligros que tiene vivir en grandes y pobladas ciudades. En Madrid hoy mismo han subido un nivel en el protocolo de actuación en casos de contaminación por el que no se puede aparcar dentro del centro de la ciudad. Y hace apenas unos días ya se limitó la velocidad de los vehículos a 70 kilómetros por hora en las circunvalaciones y en las vías de acceso a la ciudad.
Pues bien, este es uno de los factores más importantes para la salud, y es que mudándonos al campo vamos a disfrutar durante más horas al día de un aire puro y mucho menos contaminado que el que se respira en la ciudad. Si alguna vez habéis hecho la prueba, se puede notar esta suciedad del aire hasta en nuestros calcetines. Si estos son blancos, veremos cómo ya solamente lo son de la zapatilla hacia dentro. La parte que queda expuesta siempre está más oscurecida que la tapada.
Por otro lado, vivir en el campo nos aleja también del estrés de la ciudad. Es muy posible que lo vivamos durante el día si tenemos que acudir a ella para trabajar, pero al menos descansaremos de él durante unas horas en las que no tendremos que hacer colas en centros comerciales, en el supermercado o para cualquier otro tipo de trámite. Esto es algo muy bueno porque nuestro corazón lo va a notar ostensiblemente. La tranquilidad y la relajación son factores que influyen en nuestra salud. De hecho, hay estudios que dicen que las personas que cuentan con un perro al que pasear cada día bajan sus niveles de colesterol, lo que influye en una menor probabilidad de infarto.
En este sentido, otra de las cosas buenas que tiene el hecho de vivir en el campo o a las afueras de las grandes ciudades es que es posible que nos compremos una casa que tenga algo de jardín. Aquí podremos tener a nuestra mascota, lo cual nos viene muy bien si somos amantes de los perros pero no queremos tenerlos dentro de un piso o de una vivienda, ya que hay que reconocer que son una fuente de suciedad por el pelo, las babas y hasta el barro que suelen traer por el cuerpo cuando salen a la calle lloviendo. Además, tener un jardín en casa nos obliga a cuidarlo y a trabajarlo, o al menos a limpiarlo. Y esto conlleva que en el fondo nos estamos moviendo o ejercitando, lo cual es muy bueno para salud.
Los desplazamientos, la mayor desventaja
Al final, eso sí, hay que tener en cuenta que este tipo de mudanzas a otro lugar nos conllevan también algún que otro inconveniente, y el peor en este sentido son los desplazamientos y, en algunos casos, el tráfico que esto genera. Vivir a las afueras de las ciudades nos hace coger el coche para ir a trabajar. Le sucede prácticamente a todo el mundo, ya que el volumen de los empleos se encuentra dentro de la urbe. Asimismo, en función de dónde deseamos hacer nuestra vida social es probable que también tengamos que coger el coche, así como para llevar a nuestros hijos al colegio o para algún que otro recado más. No obstante, si nos adaptamos bien al campo y podemos limitar las incursiones en la ciudad únicamente a los desplazamientos al trabajo habremos ganado mucho en calidad de vida.