La playa y el mar tienen propiedades terapéuticas para los problemas del corazón. Es, sin duda, la mejor medicina para prevenir infartos. Ahora bien, si te pasa como a mí, que vivo en Valladolid, mal lo tienes. Afortunadamente dos veces al año viajo a Barcelona y me alojo en el Hotel Mercer Boria, y desde allí me voy a la playa de la Barceloneta.
Es una gozada andar descalzo sobre arena mojada. Además de sentirte más libre, activas completamente la bomba plantar. Por otro lado, el frescor del agua de mar al andar, favorece la vasoconstricción de las venas, con lo que aumenta el tono venoso y la sangre retorna más rápida. Siempre que voy a la playa soy la envidia de mis amigos cuando muestro mis pies. Posteriormente cuando llegó a estos apartamentos turísticos de Barcelona, siempre me doy una ducha con agua muy caliente con contrastes de frío, porque también me han dicho que va muy bien para la circulación.
Ahora bien, como cada cosa en la vida, tiene sus pautas. Tengo comprobado que el punto idóneo para disfrutar de estos efectos tan saludables se encuentra en la zona en la que la arena está mojada y en la que las olas van y vienen, cubriendo y descubriendo los pies de los paseantes. Incluso hay estudios que dicen que caminar es mucho más sano que hacer el famoso running, que ahora está tan de moda.
Y no todo es pasear. Meterse en el agua también favorece la salud. Hay un ejercicio que me explicaron que consiste en meterse dentro del mar, hasta la altura de la cintura y estar unos cuantos minutos dando unos cuatro pasos adelante y atrás. Algo tan simple produce muchos beneficios. La diferencia de presión que se experimenta dentro del agua, donde la presión en el fondo es mayor que en la superficie actúa provocando una especie de masaje contribuye igualmente a favorecer todo el cuerpo.
Lo más recomendado es caminar durante 45 minutos. Eso sí, lo mejor es que se haga de una manera relajada, sin marcarse metas, ni llevar un ritmo de atleta. Se trata de pasear relajadamente, disfrutando de la actividad y del entorno, y si es posible ir acompañado, aún mejor, porque así se hará mucho más ameno.
Nunca me quiero ir. Y estos ejercicios me vienen muy bien para regresar al aparthotel en Barcelona centro donde estoy alojado. Sobre todo por la noche cuando después de cenar nos preparan una sesión de baile. Ahí es donde se nota quien se prepara durante el día con ejercicios y quien se queda en el chiringuito tomando unas cuantas cervezas. No tengo la menor duda de que pasear a la orilla del mar es bueno para el corazón y la mente
Así pues, las personas que tienen problemas de corazón y de riego ya no tienen excusa para no ir a la playa este verano. Yo solo puedo ir dos veces, pero cada vez que voy me alojo en Hotel Mercer Boria es como si me restaran diez años de edad. Por cierto os recomiendo estos apartamentos con encanto en Barcelona si teneís pensado acudir a la ciudad condal en los próximos meses.