Todos sabemos que el corazón es el motor del cuerpo humano, que es el órgano que bombea nuestra sangre a través de un circuito cerrado formado por las arterias y venas que recorren todo nuestro organismo, y que late aproximadamente unas ochenta veces por minuto, lo que lo convierte en el músculo de nuestro cuerpo humano que más trabaja, por lo que si su funcionamiento no es estable, rítmico y regular, algo falla, algo comienza a ir mal y las consecuencias pueden ser complicadas, por ello debemos aprender a cuidarlo convenientemente para así poder ayudarnos a nosotros mismos a prevenir futuros problemas. Una de las formas de cuidar nuestro corazón es mantenerse alegre, vital, sonreír. En la actualidad existen centros especializados en terapias de ayuda para lograr un perfecto bienestar físico, mental y espiritual, como Beauty and therapy, recomendado por sus clientes y donde mediante la unión de tratamientos médicos tradicionales con terapias complementarias consiguen lograr unos resultados excepcionales.
Y es que según la medicina china, el corazón está relacionado con la risa y con las emociones. Mantenerse emocionalmente positivo nos ayuda a relajarnos, a tener un buen ánimo, alivia la tensión física y el estrés de la vida diaria, nos ayuda a tener una visión de la vida menos amenazante y más realista.
Ejercicio físico y dieta equilibrada
¿Cómo podemos ayudar a nuestro corazón a mantenerse sano? Los estudios médicos son indican que dos son los elementos principales, mantenerse en buena forma mediante el ejercicio físico y seguir una alimentación sana y equilibrada.
El ejercicio físico siempre es bueno para ambos sexos y en cualquier edad, y hay que recordar que nunca es tarde para comenzar a practicarlo. Lo ideal es establecer el hábito de practicarlo regularmente, para una persona que no tenga esa práctica podemos comenzar por ejemplo realizando tres veces a la semana ejercicios al aire libre con una duración como mínimo de unos treinta minutos al día, tales como caminar con paso ligero, correr, ir en bicicleta, o incluso bailar, que además de fortalecer nuestra musculatura y nuestros huesos, aumenta nuestra capacidad pulmonar, consiguiendo al mismo tiempo un efecto psicológico importante para nuestra mente pues nos ayuda a mantener la mente despejada, alejando así el estrés, la ansiedad y aumentando nuestro bienestar personal.
El otro pilar fundamental es seguir una dieta sana y equilibrada. Esto no aleja de los tres principales factores de riesgo para nuestro corazón como son el colesterol elevado, el sobrepeso y la presión arterial alta. La dieta mediterránea es un buen ejemplo de ello, pues las personas que la siguen tienen aproximadamente un 50 por ciento de posibilidades de reducir su riesgo cardíaco. Con este tipo de dieta se potencia el consumo de frutas, verduras y legumbres, productos que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol en sangre. Los cereales, como la pasta, el arroz y el pan, son los principales proveedores de hidratos de carbono, y se utiliza el aceite de oliva como principal fuente de grasa. Las proteínas las obtiene de alimentos tan sanos como las carnes rojas y el pescado azul principalmente, como salmón, sardinas, anchoas, atún, etc., que contienen un alto contenido en ácidos grasos como el omega 3, con elevadas propiedades cardioprotectoras, pues ayuda a reducir los triglicéridos, el colesterol y la arterioesclerosis, asimismo también tiene importantes propiedades antitrombóticas, antiinflamatorias y antiarrítmicas, por lo que contribuyen a prevenir las enfermedades cardiovasculares.