Por nuestra salud, lo que haga falta.

Estoy segura que si miramos en cada casa, una por una, de cada español ( incluso españoles que se han ido al extranjero a vivir), encontramos que todos tenemos un producto alimenticio en común: el aceite. El aceite español es un bien, muy preciado, que tenemos la suerte de poder decir que nosotros producimos el mejor que existe, debido a las condiciones de nuestra tierra y a nuestro clima ( que también se da en otras partes fuera de España, pero tengo que barrer para mi tierra ¿no?). De hecho es que aún no he conocido a nadie que no le guste el aceite, o que prefiera usar en su lugar, por ejemplo, mantequilla para cocinar, como hacen en otros países. El aceite es el llamado oro amarillo, desde hace muchos años atrás, tiene una gran importancia en la economía de algunos países, que llegaban a usarlo como moneda de cambio. Y, a la vez, importancia gastronómica, debido a todas las cualidades que este producto tan especial nos puede ofrecer. Y como yo solo recomiendo lo mejor, me gustaría hablaros de una empresa que se llama Olimpo,se dedica a la fabricación y envasado de aceite de oliva. Detrás de las raíces de esta empresa se esconde una tradición olivarera de una familia que durante cuatro generaciones se ha dedicado a la producción de la oliva. Tienen una gran experiencia sobre este tema, solo ofrecen lo mejor en cuanto a calidad y sabor. No os dejéis engañar por otros aceites que incluso he llegado a ver, que no tienen ni marca conocida. Si queréis un buen aceite, acudir a Olimpo, el trato con el que os van a atender es incomparable, y ya os digo que la calidad de su producto, no tiene precio. La empresa se encuentra en Albacete, pero como saben que no todo el mundo puede trasladarse hasta allí para comprar sus productos, tienen una tienda online que, a través de ella, se pueden hacer los pedidos, y ellos os lo prepararán todo con mucho cariño y atenderán vuestras dudas.

CUIDANDO NUESTRA SALUD

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Yo llevo confiando en ellos varios años, y se de lo que hablo, porque me dedico a dar clases de nutrición y salud por institutos, gimnasios, y otros centros en los cuales se requiere mi ayuda. Normalmente el tipo de público que tengo, suelen ser adolescentes, por un lado los chicos que quieren empezar a cuidarse, llevando una dieta y a la vez sacando músculo ( están en la época de empezar con el tema de querer gustar a las chicas, con lo cual necesito un cuerpo muy musculoso) y por otro lado tengo a varias chicas que encajan con el mismo perfil: ya no me encuentro bien con mi cuerpo, quiero empezar a gustar y a gustarme a mi misma.

La verdad es que dar este tipo de charlas entre adolescentes sobre todo, es muy útil, porque les cambia la forma de ver las cosas, les desmiente mitos que ellos se pensaban que eran reales y que han llegado a llevar a cabo solo porque: “me lo ha dicho fulanito, y este controla mazo”. Pues resulta que al cabo de varias charlas, y si hacen caso de lo que se les dice claro, empiezan a notar mejoras y a cumplir sus expectativas. Y vienen a la salida de las charlas, y me dicen que están muy contentos, que nunca se habían sentido así con ellos mismos, y que todo es gracias a mi. Y yo a todos les digo lo mismo, que no es por mi, no es porque alguien experto les cuente las cosas. Es por ellos, porque han tenido fuerza de voluntad, por ejemplo de dejar de comer bollos, de seguir una dieta equilibrada, de empezar a hacer ejercicio, de no creerse todo o que ven en la tele o todo lo que escuchan de otras bocas de gente, que aunque sea de confianza, no tienen ni idea. El mérito es de cada uno, por escuchar, por entender, por confiar en quien sí sabe, por llevar a cabo las pautas y los consejos.

Con todo esto, no solo mejoran su aspecto físico, si no que incrementa su autoestima, y su confianza en ellos mismos.

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